24 de Marzo - 1977 (II)

-¿Papá?-. ¿qué queres María?, respondí. Tiene 10 años. No hace mucho que los cumplió. Le hicimos una pequeña fiesta en familia y algunas personas conocidas. Solo vino una compañera de villa Devoto donde laburo. Es la única que tiene hijos, bueno uno, se llama Carlos, y tiene 5 años.
-Mamá me dice que te despierte, que te tenes que levantar-. Dice María con temor, asomando su cabeza por la puerta y luego desaparece. ¿Ya? pense, ¿realmente dormí?. Me siento tan cansado. Desde hace algunos meses que no puedo dormir tranquilo, en realidad no creo que lo vuelva a hacer.
Camino hacia la cocina donde esta Soledad, mi mujer. Me tenia listo un plato de comida envuelto, para llevar al laburo. –¿Sabes?, no me gusta cuando laburas el turno de noche, no me gusta quedarme sola, no duermo bien-, y me mira malhumorada. Se que no es solo eso, se que ella siente lo que esta pasando allá, que no le gusta mi laburo en villa Devoto, pero así son las cosas. Es lo que hago. Y a mi no me molesta.
María veni a despedir a tu papá-, grita Soledad. –¿llevas todo?- me pregunta. –si, si lo llevo todo- menos mi conciencia pienso, es lo único que no echo de menos cuando estoy allá.
Uy, esta haciendo bastante frío, debí traer otra campera. Bueno menos mal allá tengo la del uniforme. Es buena, es bastante gruesa y grande, no he sentido nunca frío con ella. Que bueno que nos dieron esa.
Espero que hoy sea buena noche, estos últimos días han sido bastante tranquilos, no ha llegado nada nuevo. Menos mal ya no hago eso, ahora es solo vigilar y supervisar a los demás, que bueno. Ya me aburría, siempre lo mismo, y nunca dicen nada nuevo. Y ya no se busca que digan nada. Aparte de que digan lo que queremos que digan. Es aburrido. Pero bueno, son ellos los que saben porque.
Me encontré con Clara y Agustina en la entrada, iban de salida. Se les veía cansadas igual que yo. Pero bueno sabemos que es otro día de laburo, algún día habrá calma, cuando nos deshagamos de los que no creen en nosotros. No se que habría pasado si no hubiéramos hecho nada. Estaríamos en la mierda.
Todos estamos listos, hoy llega un grupo nuevo. Va a ser la primera vez para Jose. Vamos a ver de que esta hecho. Es un poco difícil. Recuerdo mi primera vez, fue sencillo, pues no sos el que siente dolor, y terminas desahogándote de todo lo malo. La única parte difícil es verle el rostro después. El primero jamás se te olvida, el resto ya no importan.
No pude evitar pensar en mi hija cuando nombraron a una de las nuevas. Se ve bastante bien. En su historial dice que su marido era uno de esos.Ya no. Como pudo terminar con alguien así.
Jose salio corriendo, no lo aguanto. Somos pocos pensé.
Me senté a escribir el informe de la noche, Jose se va a la mierda. No me envíen mas esta clase de jovencitos sin experiencia. Luego apareció García, con su sonrisa de siempre. Nos pusimos a charlar sobre la noche y sobre Jose. Nos reímos un buen rato, pobre chico. Pero si no servís no servís.
-¿Y María?-. le pregunte a Soledad al llegar a casa. –en la escuela. Siempre me preguntas lo mismo- me responde, -pero son los turnos, no me acostumbro-, le digo. Sonríe y me da un abrazo.
Sonó el teléfono, Sole contesto. Yo seguí recostado intentando dormir. -¿Ricardo? Me dice. –Si, decime-. Llamaron de la escuela de María voy por ella. –¿Tan temprano?, ¿paso algo?, qué paso?-, le dije preocupado mientras me sentaba en la cama. –no, no, no te preocupes, es solo que el profesor no fue hoy, no aparece-.

Buenos Aires, Argentina.

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