6 de Agosto - 1945 (I)

Uh, ya?. Nunca me voy a acostumbrar a este cambio de horarios. Mejor me levanto rápido. Ayer el teniente Morrison puso a Johnson a brillar el piso de la cocina con un cepillo. Igual creo que se lo merecía, desde que lo conozco Johnson siempre fue bastante holgazán pero el teniente Morrison ya lo tiene fichado, y solo llevamos un mes acá.
Que cansado estoy. Por fin comienzo a sentir las consecuencias de estas semanas. Tantos preparativos. Y ni una sola palabra. Había que correr para acá y para allá. Pero nadie decía nada. Solo aquello que me dijo el capitán Cooper después de sonreír un poco, -es algo grande chico, es algo grande-. Pero que tan grande?. Porque no dirán nada?.
Recuerdo que cuando nos preparamos para la invasión no había tanto hermetismo. Sabíamos lo que hacíamos y para que lo hacíamos pero ahora?. Ahora nada. No sabemos nada. Y ahora este desayuno que sabe espantoso.
-Ayer partieron los aviones, ¿los vieron?- dijo Robbins. –Si, si pero eran muy pocos debe ser otra prueba-, respondió Welsh y agrego -Cuéntales lo que viste James?-. En eso se acerco la enfermera Williams quien de vez en cuando se nos unía para conversar. –Si cuéntanos que viste Richard-. Le lance una mirada certera a mi compañero por haberlo dicho tan alto. –No, no en realidad no fue mucho. Mi teniente Morrison me pidió llevarle unos papeles al coronel, que estaba en uno de esos hangares, Mi coronel no salio pero si salio uno de los soldados, Grant, quien dejo un momento abierta la puerta. Pero fueron unos segundos-, dije aclarando pues ni yo estaba seguro de lo que había visto. –Y que viste. Cuéntanos-, dijo Robbins. Baje mi voz y respondí –pues vi una aeronave, no se, no estoy seguro pero creo que era un B29, y lo estaban cargando, con algo muy grande, parecía una bomba, pero no lo se, era demasiado grande-.
Ya es pasado el medio día y aun no se sabe nada. ¿Fallarían? Pensé, pues el teniente Morrison nos confirmo que la partida de los aviones no era una prueba. Que había sido el momento.
Estamos felices. Toda la base esta celebrando. Lograron el objetivo. Atacaron Hiroshima, era un ataque directo. Esos malditos nos habían derribado una flotilla y ahora nos vengamos. Que bueno. Se llevaron su merecido esos malditos amarillos.
-La destruyeron-, me susurro Mary, la enfermera Williams. -¿qué?- le respondí y le dije también susurrando, -Si ya lo se, todos lo sabemos, por algo estamos celebrando no?-. y la mire sonriendo. –No, no Richard, no entiendes, la destruyeron, destruyeron toda la ciudad, toda Hiroshima, ya no existe- me dice y en su cara noto un tono de preocupación. –¿Que?- Le vuelvo a responder.
No puedo evita sentir el orgullo de mi país. Con esta arma ya ganamos la guerra. Podremos ir a casa. Pero el rostro de Mary me hace sentir culpable. Intento consolarla pero no hay nada que hacer. Como voy a consolarla si en el fondo estoy feliz, si en el fondo se que hicimos lo correcto. Ganamos la guerra. Ya podemos ir a casa.
Creo que tome de mas, pero esta celebración no debería terminar. Se que nos estamos adelantando, pero que? Con esta arma quien nos va a ganar. Nadie, ahora si somos los dueños del mundo. Nadie nos puede vencer, no veo el momento en que acabemos con los nazis. Uy es muy tarde mejor me duermo, dicen que habrá un ataque mas así que mañana será otro día mas.


Tinian, Islas Marianas

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